Que desgarra la noche y sus encantos de silencio;
Lo sigue la lluvia como desembarco de lamentos
En una costa oscura y elevada, perfectamente vertical:
¿Qué sabe del amor el cielo?
¿Qué sabe de la melancolía, qué sabe de la soledad?
La sombra crece, embellecida por la noche
Y se envuelve en llamas, tan sólo por un segundo:
Todo lo demás es pasajero:
Sólo la muerte y el silencio
Son eternos.
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