Entramos y salimos de la existencia
como turistas mal acostumbrados
a la falta de atención;
Viajamos
entre ojos que nos miran,
entre expectativas
y esperanzas
ajenas;
Venimos
de lugares a los que no
volveremos -
Y llegamos
a casas
de las que nunca
saldremos.
El frío nos recuerda quiénes somos.
Las piedras nos hablan de un pasado glorioso,
nos prometen una eternidad callada;
somos los espectadores desheredados
de una eternidad que nunca fue nuestra:
Hemos robado soles, cielos y patrañas
a los mismos dioses que nos inventamos
para poder dormir tranquilos:
Y a ratos pareciera
que nos enorgullecemos de haberlo hecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario